lunes, 25 de octubre de 2010

jueves, 21 de octubre de 2010

Andrés Aranda

"Pasillo de la muerte de mi porteñidad"
A Buenos Aires

Tarde de sol.
Excavo el aire para perderme.
Un billete de ida hacia la muerte.

Desolación como macetas en la cabeza. Noche oscura en tus ojos.

Tristeza gris descafeinada, los dientes de la noche se van cerrando. Melancolía vana, imposible de curar. Añoranza de una soledad desesperada, que solo puede ser curada por el roce de tus manos. Nostalgias de cosas que no han pasado. Desamparo de las que no pasarán. Congoja infame que se deja abrazar.

Devastación y decadencia de mi porteñidad.

Abatimiento y desesperación porque encuentro pocos caminos para llegar a besar tu tatuaje.

Un tatuaje hecho de vías que se cruzan, de avenidas sin barro ya, de tajos de compadrito... todos me señalan un camino de piel sinuosa yendo lenta hacia la felicidad de mi lengua. Que disfruta de un café hirviente en esta tarde de casi invierno que no puedo sentir.

Tribulaciones porque acabo de verte una vez, y estás tan lejos que duele.

Te quiero porque sos puta y buena. Porque sos mía y no puedo abarcarte. Porque te descubren turistas japoneses y los colombianos cantan tangos desafinados... y no puedo verte.

Te quiero porque tenés tilos y tenés noviembre. Y los tilos en noviembre me llenan de un olor que se parece mucho al de la felicidad.

Tal vez estés poniendo flores a una tumba sola. O tal vez estés perdida en un barrio que no es el mio.

Tribulación de no ser más yo... de irme rompiendo en pedazos en una tierra extraña que nunca será la mía. Aunque parezca ser feliz aquí... nada me dará lo que vos me diste.

Personalidad. Pertenencia. Libertad.

No quiero olvidarte... hago fuerza en mi mente para enseñarle a mis neuronas tus luces y sombras, tus espacios y formas.

Ya no te busco. Creo que te he encontrado.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Federico García Lorca

"Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas, y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla para el gusano de mi sufrimiento. Si tu eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz, y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío, no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado."




Federico García Lorca (1898-1936)

[fotografía Robert Mapplethorpe en la Galleria della Accademia, Firenze, Italia]

martes, 19 de octubre de 2010

César Vallejo

Los heraldos negros (1918)

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma ... yo no sé.

Son pocos; pero son... abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre ... pobre ... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... yo no sé!

César Vallejo (Perú, 1892 - París, 1938)

miércoles, 13 de octubre de 2010

Andrés Aranda

El no-lugar (ahí donde estoy)

''Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo.'' Jorge Luis Borges, El Libro de Arena.

Hay lugares que son "no-lugares".

Lugares insípidos e incoloros. Inodoros. Fríos. Lugares donde no hay nada. O donde hay la nada.

Espacios que uno no puede encontrar. Sitios en los que uno no puede decir: "estoy en la esquina de la calle tal con cual... vas a ver un cartel grande de Carrefour". Ni "en la segunda bajada, a la izquierda, unos doscientos metros"

Zonas donde no ocurre nada. Donde el frío es diferente, el calor agobiante; y los cigarrillos saben distinto.

Comarcas que no tienen nombre; o éste es indefinido.

Términos que nunca terminan. Ni se sabe dónde empiezan. Regiones donde los amaneceres son obra de fantasmas; y los atardeceres es un tenue apagar las luces de los alrededores y encender los puntos mágicos de los que se atreven a hollar sus terrenos. Suelos de textura inane y asombrosa. Cielos de dolorosa visión. Paisajes sádicos y ojos masoquistas que se atreven a mirar.

Situaciones difusas, escabrosas, magnéticas.

Asentamientos cerúleos, donde la nieve nunca llega, y el rocío tiene una sospechosa tendencia a hacerse lágrimas. Parajes donde nadie para. Nadie se detiene, ni siquiera a ver qué puede pasar si lo hiciera. Localidades donde no existe la fauna local, ni la flora local, ni habitantes locales.

Andurriales donde nadie anda... porque todos estamos de paso.

Partes en ninguna parte. Ámbitos donde nada se desarrolla, sino que sólo transcurre. Recintos abiertos. Locales visitantes. Rincones sin esquinas, Circuitos donde todos circulan sin volver jamás. Escondites donde nadie te ve, y ni siquiera uno se encuentra.

Solares para no andar solo y donde nada es susceptible de ser construido. Lugares donde ni siquiera el viento se detiene. Espacios donde abren brecha la lluvia y el sol de justicia.

Medios que no son la mitad de nada. Ambientes que no tienen temperatura. Puntos donde no hay otro para formar una recta, ni puentes que lo crucen, ni lagos que lo atormenten, ni ríos que lo dividan, ni edificios que lo señalen. Tal vez, algunos de estos sitios goce de la benevolente presencia de un mar en las cercanías. Pero nadie sabe cómo se llama ese mar, ni hacia que lado está.

Lugares alejados de la mano de eso que llamamos Dios, y donde las brújulas son inútiles

Confinamientos solitarios donde no hacen falta las murallas, ni las alambradas de espinos. ¿Para qué? ¿Adónde puede irse desde allí?

Cuentan las leyendas campestres que los habitantes de los no-lugares son los seres extraviados de todo, los perdidos de nada... aquellos que nadie espera; o esas personas cuyo retorno es una negación aceptada, una resignación sólida. Redimidos irredentos.

Hay lugares que son no-lugares.

Distritos del universo donde decir tu nombre es decir dónde estoy; adónde voy.

Al fin y al cabo, eso es lo que importa.

sábado, 9 de octubre de 2010

John Lennon


John Winston Lennon
Liverpool, UK
9 de Octubre de 1940
70º Aniversario
((ºJº))

viernes, 1 de octubre de 2010

Jorge Luis Borges

Arte poética

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.


Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.


Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,


ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.


A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.


Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.


También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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