miércoles, 28 de marzo de 2012

Rodolfo Walsh

"Querida Vicky:
La noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la tarde. Estábamos en una reunión cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuché tu nombre, mal pronunciado, y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmente empecé a santiguarme como cuando era chico. No terminé con ese gesto. El mundo estuvo parado ese segundo. Después le dije a Mariana y Pablo: "Era mi hija". Suspendí la reunión.
Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva suerte no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Sí, tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Ahora el miedo es aflicción. Sé muy bien porqué cosas has vivido, combatido. Estoy orgulloso de esas cosas. Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más.
No podré despedirte, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía.
Hablé con tu mamá. Está orgullosa en su dolor, segura de haber entendido tu corta vida, dura, maravillosa vida.
Anoche tuve una pesadilla torrencial, en la que había una columna de fuego poderosa pero contenida en sus límites, que brotaba en alguna profundidad.
Hoy en el tren un hombre decía: "Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año". Hablaba por él pero también por mí."


(Carta de Rodolfo Walsh a su hija Vicky)

lunes, 26 de marzo de 2012

domingo, 18 de marzo de 2012

Roque Dalton




La poesía es como el pan
Como tú
amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas,
el paisaje celeste de los días de enero
También mi sangre bulle y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.
Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.


(Pintura: ''La cesta de pan'', de Salvador Dalí)

domingo, 11 de marzo de 2012

William Butler Yeats

Had I the heavens’ embroidered cloths,
Enwrought with golden and silver light,
The blue and the dim and the dark
Of night and light and the half light,
I would spread the cloths under your feet:
But I, being poor, have only my dreams;
I have spread my dreams under your feet;
Tread softly because you tread on my dreams.

Si tuviese los ropajes bordados celestiales
Repujados con luz dorada y de plata,
El azul, lo sombrío y oscuro
De la noche y la luz y a media luz
Extendería los ropajes bajo tus pies:
Pero como soy pobre, sólo tengo mis sueños
He puesto mis sueños bajo tus pies;
Pisa con cuidado porque pisas mis sueños.

sábado, 10 de marzo de 2012

Jean Jacques Henner




''La lectora''

( en el Musée d'Orsay de París )












- Leer para llegar a casa. Leer para salir de la escena del crimen. Leer para descubrir dónde te escondés. Leer para sacar la espada de la piedra. Leer para entender lo que no se puede explicar con palabras. Leer para ser otras personas. Leer para verme más linda que nunca. Leer para rescatar dragones. Leer para esperar sin enloquecer. Leer para sentir que escribir es imposible. Leer para perderle el miedo a lo imposible. -
(Gilda Manso)

viernes, 9 de marzo de 2012

Leonard Cohen / H. Trigwell



Hallelujah




canta: Hannah Trigwell



Pedro Salinas

Yo no necesito tiempo
para saber cómo eres:
conocerse es el relámpago.
¿Quién te va a ti a conocer
en lo que callas, o en esas
palabras con que lo callas?
El que te busque en la vida
que estás viviendo, no sabe
mas que alusiones de ti,
pretextos donde te escondes.
Ir siguiéndote hacia atrás
en lo que tú has hecho, antes,
sumar acción con sonrisa,
años con nombres, será
ir perdiéndote. Yo no.
Te conocí en la tormenta.
Te conocí, repentina,
en ese desgarramiento
brutal de tiniebla y luz,
donde se revela el fondo
que escapa al día y la noche.
Te vi, me has visto, y ahora,
desnuda ya del equívoco,
de la historia, del pasado,
tú, amazona en la centella,
palpitante de recién
llegada sin esperarte,
eres tan antigua mía,
te conozco tan de tiempo,
que en tu amor cierro los ojos,
y camino sin errar,
a ciegas, sin pedir nada
a esa luz lenta y segura
con que se conocen letras
y formas y se echan cuentas
y se cree que se ve
quién eres tú, mi invisible.


La voz a ti debida (versos 388 a 424)

viernes, 2 de marzo de 2012

Rainer Maria Rilke

Canción de amor

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

más vistas último mes