martes, 12 de mayo de 2015

Rainer Maria Rilke


Día de otoño

Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.

Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles aún dos días cálidos,
úrgeles a su madurez y pon
en el vino espeso el postrer dulzor.

No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo, solo estará,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el arrastrarse de las hojas.



Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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