El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
L’ultimo bacio, cerchi riparo fraterno conforto, tendi le braccia allo specchio, ti muovi a stento e con sguardo severo, di quei violini suonati dal vento, l'ultimo bacio brucia sul viso come gocce di limone, l'eroico coraggio di un feroce addio, ma sono lacrime mentre piove piove, mentre piove piove . . .
domingo, 14 de febrero de 2010
Florencia Abadi
desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...
más vistas último mes
-
I loved you, and I probably still do, And for a while the feeling may remain... But let my love no longer trouble you, I do not wish to caus...
-
"Alta traición" No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, c...
-
El amenazado Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha camb...