lunes, 19 de octubre de 2009

Nâzim Hikmet

Dos amores

En un corazón no caben dos amores
mentira
puede ser.

En la ciudad de las lluvias frías
es de noche y estoy tumbado en la
habitación de un hotel
mis ojos están clavados en lo alto
pasan nubes por el techo
pesadas como los camiones que corren por el asfalto
húmedo
y a la derecha a lo lejos
una construcción blanca
tal vez de cien pisos
en lo alto brilla una aguja de oro.
Pasan nubes por el techo
nubes cargadas de soles como caiques de sandías.
Me siento en el alféizar de la ventana
el reflejo del agua acaricia mi rostro
¿estoy a la orilla de un río
o a la orilla del mar?

¿Qué hay en aquella bandeja
en aquella bandeja rosada
fresas o moras?
¿Estoy en un campo de narcisos
o en un bosque de hayas nevadas?
Las mujeres que amo ríen y lloran
en dos lenguas.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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