Digo sólo por hoy
Hay demasiada sangre
y tinta derramada,
demasiadas palabras en el aire
y las pantallas,
un estruendo feroz y desbocado.
Hay demasiada tiza y carbonilla,
demasiadas paredes y pizarras;
demasiadas esquirlas,
mucha pólvora;
estallidos de átomos,
trompadas al boleo;
demasiados carteles y señales,
demasiados señuelos y alambrados,
demasiados discursos sin orejas.
Quizás
debiéramos llamarnos al silencio
para no quedarnos mudos para siempre.
Quizás
ya sea el tiempo
-sólo digo quizás-
de volvernos al tacto,
restaurarnos la piel y las costillas,
calmarnos esa sed de ser tocados,
de tocar y de olernos;
olisquearnos los unos a los otros,
sin pedirnos permiso,
sin llenar formularios ni contratos.
Y en nombre de esa sangre
y esa tinta derramada,
no rompernos el alma ni la cresta;
por lo menos por hoy,
por un ratito;
sólo digo por hoy,
y aquí cerquita.
L’ultimo bacio, cerchi riparo fraterno conforto, tendi le braccia allo specchio, ti muovi a stento e con sguardo severo, di quei violini suonati dal vento, l'ultimo bacio brucia sul viso come gocce di limone, l'eroico coraggio di un feroce addio, ma sono lacrime mentre piove piove, mentre piove piove . . .
domingo, 26 de septiembre de 2010
Florencia Abadi
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