miércoles, 3 de noviembre de 2010

José Pedroni

POETA

Yo fui niño una vez, pero hace mucho.
Me dormía enroscado en la vereda.
Hay una voz que todavía escucho.
Hubo una mariposa. Era de seda.

Debió pisarme alguna vez un hombre.
Debió mirarme una mujer dolida.
Yo no me acuerdo. No tenía nombre.
Era, me acuerdo, como liebre herida.

Enamorada de mi sangre sola
que se dormía al sol en cualquier trigo,
la mariposa entraba en mi corola.

Yo no sé lo que ella hizo conmigo;
pero ella iba detrás de mi amapola,
ella y la voz que me llamaba amigo.


«Otros poemas». Poesías escogidas, 2009.

Florencia Abadi

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