lunes, 23 de enero de 2012

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El dragón - Jorge Luis Borges

"Ignoramos el sentido del dragón, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres."











El ministro y el dragón

Una noche el emperador de China soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín. De pronto algo se arrodilló a sus pies y le pidió ayuda. El emperador aceptó. El que suplicaba dijo que era un dragón y que las estrellas le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, el ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró al dragón protegerlo.

Al despertarse el emperador preguntó por su ministro Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio. El emperador lo mandó a buscar y lo mantuvo ocupado todo el día para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, Wei Cheng estaba cansado y se quedó dormido.


Un estruendo sacudió la tierra. Poco después entraron dos capitanes que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron: "Cayó del cielo".


Wei Cheng, que había despertado, miró la cabeza asombrado y dijo:
"Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así".

Wu Ch'eng, autor chino del siglo XVI. Jorge L. Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, en Antología de la literatura fantástica, Editorial Sudamericana.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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