martes, 12 de mayo de 2009

Jorge L. Borges


( pintura: "Calle de París, día lluvioso" -1877-
Gustave Caillebotte en el Art Institute de Chicago )


La lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.


Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.


Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto


patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha mue
rto.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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