martes, 7 de julio de 2009

Oscar Wilde

De profundis - extracto -

Tengo necesidad de aprender a curar mis heridas de estos años y a ser feliz.
Durante las dos últimas veces que recibí aquí a mis amigos, me esforcé en mostrarme lo más alegre posible, en manifestarles mi alegría, para de este modo compensarles siquiera algo de la larga marcha que habían hecho desde Londres hasta aquí... Por primera vez desde mi condena, sentí un verdadero deseo de vivir, lo que me indica que las conclusiones a las que voy arribando en silencio me están encauzando, poco a poco, por el buen sendero.
Es tal la cantidad de cosas que tengo por hacer, que sería para mí una horrible tragedia el tener que morir antes de haber podido realizar siquiera una pequeña porción de ellas. Estoy viendo nuevas posibilidades en el Arte y en la Vida, y cada una de ellas es una forma inexplorada de perfección. Deseo vivir para poder investigar sobre un mundo que se me aparece casi nuevo. Fácil es adivinar cuál es este mundo; se trata de aquel en el que últimamente he vivido: el del dolor y todo lo que él te enseña.
Mi madre, que conocía todos los matices de la vida, solía citarme unos versos de Goethe, que muchos años antes Carlyle le había escrito en un libro y que decían:
Quien nunca comió su pan en dolor,
ni se pasó llorando y esperando la tardía mañana,
las horas de la noche,
ése os desconoce, potencias celestes.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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