lunes, 6 de diciembre de 2010

Federico García Lorca

Tengo miedo a perder
la maravilla de tus ojos de estatua
y el acento que de noche
me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser
en esta orilla tronco sin ramas,
y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

Florencia Abadi

desamor –qué raro sería, le digo, muchas vidas que se vuelvan lúcidas a la vez una lluvia que dé señales más claras– hablar me avergüenza de...

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